Mientras pensaba en cómo enfocar este trabajo, se me ocurrieron varias ideas pero ninguna de ellas las veía finalizadas. De tal modo que me puse a pensar en mi habitación, reflexioné sobre lo que leí en el libro "Los ojos de la piel", en toda la información que nos daba el tacto y que muchas veces lo dejamos en un segundo lugar respecto a la vista. Entonces se me ocurrió la idea de fotografiar acciones cotidianas en las que interviene el tacto como por ejemplo escribir con el teclado, pintar, abrir una puerta... y cómo automaticamente hemos mecanizado esas acciones. Por otro lado, el tacto almacena en nuestra memoria diferentes texturas como las hojas de un libro, una naranja... y nos hace poder reconocer esto con los ojos cerrados. Y por último, el tacto se liga a otros sentidos como por ejemplo el olfato (fotografía 10 en la que nos ayuda a acercarnos al objeto y percibirlo mejor) con el que se almacenan en nuestro cerebro diferentes olores característicos de lugares que nombrando el ejemplo del libro, muchas veces nos acordamos del olor de una casa pero no de en dónde se encontraba el armario o de qué color era el suelo.
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